En el mundo del toro estamos acostumbrados a oír constantemente la figura que representa un matador de toros, pero apenas escuchamos la otra cara del toreo.
Los recortadores, puros toreros a cuerpo limpio que retan a los astados en cada plaza con su mejor arma, su cuerpo.
Cada vez son más los jóvenes que se miden a los miuras, haciendo del recorte un arte. Es admirable las diferentes versiones que ofrecen a los amantes del toro, haciéndonos disfrutar entusiasmados desde las gradas.
Si de por sí es complicado medirse al astado con capote en mano, pongámonos a pensar en la dificultad que tiene retar al animal a cuerpo limpio, sin nada que pueda proteger al torero, un torero que desde el minuto uno que pisa la arena se deja la piel.
Con capote o sin él, son distintas formas de disfrutar del amplio mundo de la tauromaquia. Ambos se enfrentan con valentía al animal, desafiándolo cada tarde y jugandose la vida con la mejor escusa, el amor a su profesión.
Victoria
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