El diestro albaceteño Rubén Pinar se encuentra lidiando su faena más difícil, tras ser volteado el pasado miércoles (11 de diciembre) en la ganadería de Nazario Ibáñez.
Nunca se sabe dónde está el peligro, y menos con un astado, ya que éstos son totalmente imprevisibles. Rubén fue volteado mientras mataba a un toro a puerta cerrada en la ganadería de Nazario Ibáñez. El fuerte golpe que recibió el albaceteño al entrar en contacto con el suelo derivó en un traumatismo craneoencefálico, el cual le ocasionó un coágulo.
Una vez en el hospital se le realizó un TAC, el cual señaló un “hematoma intrapavenquimatoso” a lo que los médicos se vieron obligados a intervenir de urgencia con una “cranestomía” para evacuación del hematoma.
Las siguientes 48 horas son decisivas para el torero, según ha afirmado su mozo de espadas, Santiago, “pero los neurocirujanos, a los que estamos muy agradecidos porque están haciendo un gran trabajo, son optimistas porque no entró al quirófano con ningún daño neurológico, aunque claro, no lo aseguran del todo”.
Desde aquí mando mucha fuerza al torero y su familia en estos momentos tan delicados, y deseo de veras su pronta recuperación.
Victoria
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